Los diamantes son las piedras preciosas más fascinantes de la Tierra. Su incomparable brillo, durabilidad y pureza lo convierten en el símbolo del amor.
Los diamantes como piedras preciosas
Se cree que se formaron hace entre 1000 y 3500 millones de años, a más de 150 km bajo la corteza terrestre, a temperaturas en torno a 2.000 °C y una presión de más de 45000 bares (100 veces más que la que soporta el mejor reloj de buceo) y fueron ascendiendo a la superficie por erupciones volcánicas.
Son una obra de arte única, sin embargo, la belleza de un diamante no está sólo en el ojo del espectador. Hay criterios objetivos que se pueden utilizar para determinar el valor de un diamante: las «5 C».
Las «5C»
A las cuatro cualidades, Cut, Color, Clarity y Carat que son los estándares aceptados a nivel global para evaluar la calidad de un diamante, hemos añadido la Confianza en su origen y en la sostenibilidad de su procesado.
La talla (Cut)
Es la más importante de las 5 cualidades. Un diamante mal tallado parecerá apagado aunque tenga un buen color y claridad.
Las proporciones entre las diversas partes del diamante, sus ángulos y su acabado exterior determinarán cómo las facetas reflejarán la luz que les llega y, por tanto, la calidad de su brillo.
Según sus proporciones, la talla del diamante será:
- Excelente
- Muy buena
- Buena
- Regular
- Pobre
Esta es una información resumida, puedes acceder a ver más.
La Claridad
La claridad o pureza mide la cantidad y el tamaño de las imperfecciones naturales de un diamante. Un diamante se califica como libre de inclusiones internas o imperfecciones externas si éstas no son visibles por un ojo experto con una lupa de 10 aumentos. Las inclusiones pueden ser carbono sin prensar, agua o aire
Un diamante con un bajo grado de claridad tiene múltiples inclusiones que dificultan la refracción y el retorno de la luz, lo cual afecta directamente al brillo, por ello, cuanto más bajo sea el grado de claridad, más opaco parecerá el diamante.
La escala de claridad más utilizada va de FL (Flawless) a P3, con 12 grados en total. Los diamantes con mayor claridad tienen menos y más pequeñas imperfecciones.
El Color
El color se refiere al tono natural de los diamantes blancos. y es la segunda cualidad más importante, ya que el grado de color afecta directamente al aspecto de la piedra. Los diamantes con un grado de color mediocre pueden parecer ligeramente amarillos, en lugar de tener el deseado color blanco brillante.
En la naturaleza, la mayoría de los diamantes blancos tienen un ligero tono amarillo. Cuanto más cerca esté un diamante de ser “incoloro”, más excepcional es, aunque todavía son más raros los diamantes con colores intensos.
La calificación del color se basa en la evaluación de cada piedra comparándola con un patrón de referencia. El Instituto Gemológico Internacional asigna una calificación en forma de letra al color de los diamantes que va desde la “D” (incoloro) a la “Z” (amarillo claro).
Quilates (Carat)
Los quilates miden el peso de un diamante. Un quilate equivale a 0,20 gramos y se divide en 100 centésimas o puntos.
El precio de un diamante no es proporcional a su peso, ni éste a su tamaño:
- Es mucho más difícil de encontar y, por tanto, valioso, un diamante de 0,50 quilates que cinco diamantes de 0,10 quilates.
- Un diamante de 5 mm. de diámetro pesa aprox. 0,50 quilates mientras que uno de 4 mm. pesa algo menos de 0,25 quilates.
Un diamante puede tener un mayor peso que otro sin que parezca que tiene un mayor tamaño y, del mismo modo, dos diamantes con el mismo peso pueden tener tamaños diferentes dependiendo de cómo se han tallado.
Por sí solo, el peso en quilates no determina el valor de un diamante. Por ejemplo, el precio de dos diamantes de un quilate cada uno puede variar teniendo en cuenta la claridad, el color y la talla.
La Confianza
La quinta C, de confianza, es cada vez más importante, y es una palabra clave.
Los talladores certificados rechazan los diamantes en bruto sin indicación de origen y todas las piedras de nuestros anillos tienen trazabilidad certificada, con especial atención a las condiciones ecológicas, sociales y éticas de su extracción, procesado y comercialización.
Con estas certificaciones las condiciones laborales de los mineros han mejorado mucho en las últimas décadas.
Para mantener el alto nivel de calidad de los anillos, todos los diamantes son examinados y controlados por gemólogos, de manera que solo se aceptan los de excelente calidad.
Así, solo ofrecemos anillos con diamantes incoloros o casi incoloros, con calificación D, E, F, G, H, y con una claridad mínima Si1.
¿Cuándo he de tener en cuenta las cualidades de los diamantes?
Estos estándares gemológicos son válidos para todos los diamantes, sin embargo, en anillos con diamantes de menos de 3 mm. de diámetro estas características son más difíciles de apreciar a simple vista por lo que es más acertado valorar el anillo en su conjunto y no hacerlo únicamente por las características técnicas de las piedras que llevan.
Una joya con diamantes debe verse como un complemento duradero, y no como una inversión, a menos que se trate de diamantes grandes, perfectos y sin impurezas.
Cuando se comprende todo lo anterior, queda claro que los diamantes de gran tamaño y calidad excepcional son poco frecuentes.
Alternativas a los diamantes naturales
Desde hace unos años también existen diamantes creados en laboratorio o «Lab grown» que imitan el proceso natural de formación de los diamantes, consiguiendo diamantes idénticos a los naturales. Todas nuestras colecciones llevan diamantes naturales si no se indica lo contrario, no obstante, en algunos modelos existe la opción de solicitar diamantes de laboratorio.
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